por PrimeDx, 0 Comments
El carcinoma escamoso anal (CEA) representa el 2% de todas las neoplasias digestivas y aunque tiene una incidencia relativamente baja, pues afecta a 2/100.000 habitantes por año, constituye un importante problema de salud en algunos grupos de riesgo, principalmente en personas con algún tipo de inmunodeficiencia, hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y mujeres con antecedentes de alteraciones cervicales y/o relaciones anorreceptivas, en donde los casos aumentan hasta 128/100.000 personas/año (1-5). Se ha reportado que hasta el 95% de los CEAs son atribuidos a la infección persistente del virus del papiloma humano de alto riesgo (VPH-AR), considerada una de las infecciones de transmisión sexual más prevalente a nivel mundial. La infección persistente del VPH-AR es capaz de generar una neoplasia intraepitelial anal (NIA), la cual es la lesión precursora del CEA; siendo los genotipos 16, detectado hasta en el 85% de los casos y 18, hasta el 7,2% de los casos, los más frecuentemente encontrados (1-7).
La incidencia del CEA ha tenido un incremento significativo en los últimos años, a expensas principalmente de poblaciones de riesgo derivadas de la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH); fenómeno que tiende a empeorar, ya que la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), no solo ha logrado un gran impacto en la morbimortalidad de las personas con VIH, sino que al mismo tiempo, si se tiene la infección del VPH-AR, hace posible una prolongada evolución de las lesiones precancerosas que conducen a este cáncer; siendo uno de los canceres no definitorios de SIDA más prevalente en este grupo de riesgo (1-4). Asimismo, se ha evidenciado la estrecha relación de la NIA con la presencia de distintos grados de inmunodepresión. Por consiguiente, se considera que el VIH podría favorecer la replicación de los genotipos de VPH asociados a un mayor riesgo de progresión de displasia o aumentar sinérgicamente su acción lesiva, lo que conlleva a una mayor probabilidad de desarrollar CEA, independiente de sus prácticas sexuales, aunque el riesgo aumenta ante las relaciones sexuales anorreceptivas (2-7).
Con el establecimiento de la correlación entre el VPH y la NIA y las similitudes histológicas entre el cáncer anal y el del cuello uterino, se posibilitó un gran auge investigativo, que dio como resultado la postulación de alternativas para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, determinando así, estrategias para la detección precoz de esta neoplasia que incluyen: citología anal, prueba del VPH anal, anoscopia de alta resolución y por último el estudio histológico de dichas lesiones; las cuales ya están siendo implementadas en otros países (1,8,9). Actualmente, en Colombia no se cuenta con protocolos estructurados para la prevención y detección precoz del cáncer anal, a pesar de que la infección por VHP-AR, VIH y las prácticas sexuales anales tiende a crecer (1). Según estadísticas del Ministerio de Salud colombiano, se reportaron 9.210 casos nuevos de personas con VIH en el 2020, aumentando a un total de 134.636 personas que viven con la infección en el país (10). Del mismo modo, se han reportado altas prevalencias de la infección por VPH en el canal anal de HSH VIH positivos, donde las cifras de infección llegan hasta el 92%. Un estudio realizado en la ciudad de Medellín, en 300 hombres y mujeres VIH positivos y con antecedente de relaciones sexuales anorreceptivas, durante los años 2017 y 2018, reportó una prevalencia de VPH-AR del 82,7%, en donde el 44% fue positivo para los genotipos 16 y/o 18 y el 10,3% para más de 2 genotipos; cifras que denotan una población en riesgo de desarrollar lesiones premalignas en canal anal (1).
No obstante, el Ministerio de Salud y Protección Social Colombiano en la guía de práctica clínica para la atención de la infección por VIH/SIDA en personas adultas, gestantes y adolescentes del 2021, recomienda la tamización anual para VPH anogenital en hombres y mujeres con características sexuales de riesgo (11). Sin embargo, no existe consenso ni homogeneidad en las recomendaciones para la diagnóstico y tratamiento de las lesiones en el canal anal y tampoco se dispone de protocolos diagnósticos establecidos para los otros grupos de riesgo susceptibles de contraer la infección y desarrollar cáncer anal; falencias que contribuyen a la progresión de dichas lesiones, evidenciado así la necesidad de profundizar sobre el tema.
Referencias
Explora nuestro portafolio completo y encuentra el examen que necesitas
GRUPO SALUD INVERSIONES S.A.S. © 2021 Todos los derechos reservados– Política de protección de datos